Comencé a odiar el 14 de febrero
pues me di cuenta que no es tan real
aquello que llaman amor verdadero.
El día está lleno de mentiras
disfrazadas de amor,
de regalos perfectos para
cada consumidor.
A la gente se le olvida lo que significa
una carta, pero que no es ese día
porque entonces no falta.
Ojalá el amor durara más que solo un día,
ojalá que todo esto fuera solo idea mía.