No digas nada, sólo
déjame amarte,
si estás aquí, es porque
estabamos destinados
a estar juntos.
Tu corazón y el mío
se encontraron
no por casualidad,
sino para amarse.
No digas nada, sólo
déjame amarte,
cuando estés alegre
y cuando te embargue
la tristeza y el dolor.
Cuando tus días se
tornen grises
y cuando vuelvan
a la claridad.
No digas nada, sólo
déjame amarte,
al caer la oscura noche
y al despertar en
las frescas mañanas.
Cuando llegue el frío
invierno y tu cuerpo
necesite mi calor,
así mismo te amaré
en el cálido verano.
No digas nada, sólo
déjame amarte,
cada segundo de
mi vida.
No me lo puedo creer - ¿Cómo es qué no se deja amar? - Si fuese yo... te amaría de noche y de día. No me importaría amarte junto a otras... sin ser Santo Tomás - ¿Qué Tomás dices?: A veces café sólo y otras café contigo.
ResponderEliminarNo te olvido, ¡NO!. - Porque aún me debes recordar el tiempo perdido.
Atentamente, Yo.