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viernes, 18 de septiembre de 2015
La Ciudad de los Sueños
De tu mano salí de mi casa, donde comenzó nuestro largo trayecto, tomando la ruta de la ilusión, nos fuimos por la calle de la esperanza, qué hacía esquina con la calle de la voluntad,
Atravesamos la calle de los ideales y pasamos por la de los sueños, qué más adelante se convertía en la calle del amor. Reíamos tanto mientras caminábamos por la calle de la confianza,
Lo pasábamos tan bien qué no medíamos el tiempo del recorrido pero no pudimos evitar pasar por la avenida de las diferencias, de ellas salían varios callejones, el de los problemas, el de la motivación, el de los anhelos.
Había tantos caminos cruzados pero seguimos adelante sin dar paso atrás. Decidimos girar hacia otra dirección para evitarlos y seguimos caminando de la mano, tantos lugares, gente, rumbos,
Parecíamos tener el destino claro, la ruta marcada y el lugar preciso... Pero yo no supe en qué momento nos soltamos, desviando nuestros rumbos en medio de tanta ciudad, de tantos rostros, te busqué desesperadamente,
Pasé por la calle del dolor, la del desconsuelo, con la esperanza de qué me estarías buscando igual que yo. Así qué pregunté hacia donde estaba la calle de la felicidad, y la indicación fue la de tomar la de la esperanza,
Dar vuelta en la esquina de los sueños y dos calles más ahí estaría... Pero no fue un camino fácil. Mi sorpresa fue qué halle mucha gente preguntando por el mismo camino, perdonas perdidas cómo yo, buscaban y buscaban
Y mientras algunos se quedaban en el intento porqué parecía que les llamó más la atención otros sitios, otras personas, no perdían las esperanzas. Vi a algunas quedarse en un callejón llamado rencor,
Otras optaron por el de la libertad y otras más por el de la amargura, y yo sin poder encontrar el camino adecuado, me quedé sentada cuando mis pies ya no me respondían más, me senté a llorar por mucho tiempo,
Sin fijarme qué estaba en la calle del dolor, afuera del mercado del destino, frente a la tienda de los recuerdos. De repente sentí a mis espaldas la presencia de una persona qué me tomó del hombro y sólo me dijo que su nombre era oportunidad,
Me entregó un mapa para hayar varios caminos, me dio su tarjeta para buscarlo cuando lo necesitara, y se fue hasta qué lo perdí de vista. Desdoble aquél documento qué decía " Mapa de la vida"
En donde podía ubicar el mundo de destinos posibles para continuar con mi camino. Pero en el fondo de mi corazón, tenía la convicción y la certeza de qué podía hayarte de nuevo,
Así qué me puse en pié, sequé mis lágrimas y volví a mi paso cada vez más firme, más rápido, sabía qué todo el camino recorrido a tu lado valía la pena haberlo hecho cómo para darme por derrotada,
Caminé y caminé por la calle de la fé, una calle tan larga, tan alumbrada y tan hermosa qué quién pensaría qué tendría una salida doble, la del logro y la de la decepción.
Sin saber qué rumbo me llevaría a encontrarte, un oficial me preguntó qué si estaba perdida, le dije que sí qué estaba buscando a una persona y le enseñé una fotografía tuya, siempre la llevaba conmigo.
Cuando la vió él hombre se sorprendió y me dijo qué te había visto en un callejón oscuro, mi corazón se exaltó y pregunté desesperadamente donde podía hayarte, me dijo que tenía qué desviarme de mi ruta para llegar ahí,
Era la calle del fracaso, esquina con la calle de la traición, me dijo qué había platicado brevemente contigo y me comentó qué le dijiste qué permanecerías un tiempo ahí. En ese momento perdí el aliento,
dí un paso a trás tirando la fotografía, salí huyendo sin ver una vez más el camino qué tomaba. Dando pasos agigantados por la salida de la decepción grité y lloré desconsolada, sin fijarme qué pasé un largo tiempo por el mismo camino,
Como si estuviera dando vueltas sin salida con muy pocas fuerzas qué aún me mantenían en pié, decidí entonces buscar la salida, y hallarla incluso, cómo una nueva casa donde comenzar una nueva vida,
Recordé qué aún conservaba el mapa qué me había entregado la oportunidad y el destino y encontré una salida de ese camino... era la salida del perdón, cuando caminé por ahí me sentí tranquila conmigo misma,
Dándome cuenta qué había entregado lo mejor de mí, me sentí satisfecha por mis esfuerzos y feliz por haberte conocido, le hayé el lado más positivo a nuestro recorrido y mientras recordaba nuestra larga travesía,
Leí un letrero que decía se renta departamento. Fuí a visitarlo y me quedé con el, cuánto tiempo pasó, no lo sé pero no dejaba de pensar en ti, ten la certeza de qué fueron recuerdos maravillosos,
Por los que ya te he perdonado, y cuando quieras saber de mí podrás hacerlo, en mí encontrarás la mejor amiga, aquella qué nunca soltó tu mano aún qué tu lo hayas hecho, yo te eh perdonado te dejo mi dirección
Ahora vivo en la calle del olvido en la misma CIUDAD DE LOS SUEÑOS.
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ResponderEliminarCielito...
Es precisa -y preciosa- la narración que haces de los altibajos que sufriste al desviarse tu rumbo como consecuencia de habérsete perdido el desorientado bípedo que te acompañaba, la verdad, en la Ciudad de los Sueños cualquiera se pierde, hay avenidas grandes pero todos quieren cortar camino y se desvían por estrechas y oscuras callejas, mas al final, todas éstas resultan un pandemónium del cual los atolondrados no saben salir a tiempo y mejor es que sigan... no habidos. Como quiera que tú sí eres avispada, veo con satisfacción que no se te dio por cortar camino por las calles Tentación o Vanidad que son tan llamativas por sus luces cegadoras, pero que muchas no se dan cuenta y desembocan en la pampa Reincidentes.
Te sugiero que antes que te visite el despistado, consigas con tiempo aunque sea una habitación en la calle Tormento frente a la plazuela Porsiacaso, no es por nada pero ya sabes: *Gallina que come huevo... aunque le incendien el pico*.
Te beso... ricura.
AGRADESCO SU CONSEJO ARE CASO DE SU
ResponderEliminarADVERTENCIA LA GUARDO EN MI REGASO. BESITOS PROFUNDOS.