su castillo cuando a lo lejos escuchó a un vendedor
que pregonaba el secreto del amor.
Inmediatamente lo llamo y le preguntó el precio de tan preciado bien.
Éste le contestó :
-No lo vendo , sólo lo cambio.
-Pues adelante , pase usted a mi casa y escoja lo que más le guste de los bienes que poseo.
-N o lo cambio por cosas materiales -dijo
el vendedor.
-Entonces - pregunto la joven- ¿qué tipo de cambio es el que pretende?
-Lo cambio por lágrimas nacidas del dolor
y alegría que brotan del corazón.
-¡Y tengo que pagar ahora o cuando llegue la oportunidad?
-Cuando ésta llegue .
-Acepto el trato-dijo restregándose las manos por el excelente negocio, pues aparte de rica y joven sería dueña del amor.
Mientras se retiraba, el vendedor pensaba:
¡Pobre ingenua, no sabe cuanto va apagar por este amor!
ResponderEliminarUn joven príncipe que se hallaba haraganeando en su castillo escuchó sonar la aldaba, al abrir éste la puerta se encontró con una tuerta que el secreto del amor, en venta pregonaba.
- Diga usted cuánto cuesta y cuánto vale -le dijo a la Ruperta que así la llamaban a la tuerta-.
- Mire usted, -le dijo la Ruperta- sólo puedo decirle cuánto cuesta porque lo que vale a veces es dolor y a veces una fiesta.
- Oiga mire usted no me interesa -le dijo el haragán- para dolores, mejor voy a la guerra y para fiesta, me encierro en un burdel.
- ¡Ay príncipe! ¡Qué barbaridad! ¿Entonces qué queréis?
- ¡Yo sólo quiero del amor su rica miel, que para eso seré rey! Díjole estampándole la puerta.
Mientras se quitaba, la tuerta murmuraba:
*Pobre ingenuo, no sabe que a un panal de rica miel, dos mil moscas acudieron y por cojudas... todas se murieron*
Perdóname mi amor... no puedo con mi genio.
La princesa pensaba inquieta de donde sera este
ResponderEliminarque ya me duele la cabeza por tratar de armar este
rompecabezas, a simple vista veo que es demente
lista y pispireta .